Este fin de semana salimos a recorrer con Marco. El sábado paseamos con su jefe y señora (de Tucson) al estilo movilizado pues pocas veces nos bajamos del auto. Lo peor de todo es que fuimos a ver el Golden Gate y estaba nublado, por lo que a penas se divisaba a la distancia. Lo cruzamos sí -en cacharro- pero nos quedamos con las ganas de sacar una buena foto (dato extra: hay que pagar peaje).
Así es que el domingo decidimos partir nuevamente y aprovechar de recorrer lugares que aún no habíamos visto como el barrio hippie por donde paseaba la Janis Joplin.
El día nos acompañó ya que, a pesar de no estar completamente despejado, tuvimos una buena panorámica y hasta cruzamos una parte a pie (una parte no más, porque corría un vientazo que espantaba a cualquiera). Es realmente lindo, enorme y el paisaje lo acompaña. Mientras caminábamos a través de él, Marco me decía ¿te das cuenta dónde estamos metidos? y sí, quién iba a pensar que llegaríamos al Golden Gate... no estaba dentro de nuestros planes de vida, ni en la imaginación.
De ahí nos fuimos a la calle Longbard que es la más curvada del mundo, de adoquines, con cinco zig zags y decorada con flores. Realmente bonita y las casas de película. Eso sí, pobre gente que vive ahí porque se puede pasar en auto y se arma un taco que ya me imagino lo desesperante que debe ser todos los días de tu vida y cansado después del trabajo. Hasta para ir al super hay que bancarse el atochamiento!!. Y a eso hay que agregarle que siempre está lleno de turistas sacando fotos y paseando.
Después partimos al barrio hippie, que de hippie ya no tenía mucho, sólo muchas tiendas pero menos artesas que la feria Santa Lucía y más caro que el Alto Las Condes, jaja... eso sí había uno que otro viejito de pelo largo y desastrado que otrora fuera un hippie activista.
Almorzamos lasaña y tallarines con verduritas en un café-restorán muy rico, con juguitos naturales...mmmm... limonada. Para ir al baño había que pedir la llave que estaba amarrada a una pala de jardinería... freak.
Nos metimos a una tienda descomunal de discos de vinilo y CDs, muy entretenida sobre todo para los fanáticos de la música, pues se encuentran varias rarezas como por ejemplo una selección de los Beatles en japonés (lo siento Diego, estaba fuera de mi presupuesto).
En cuanto a las calles de San Francisco son agotadoras: unas subidas enormes tan empinadas que llegas a caminar chueco... interminables!! y no sé cómo algunos se atrevían a subir en bici, es como hacer el San Cristóbal de una, sin planos. Eso sí se ven muy bonitas, con el mar y los edificios de fondo, con casitas de lindas fachadas y escalera en la entrada.
Dónde fuimos a parar sin querer queriendo...
2 comentarios:
que divertido, tu blog tiene todo en inglés. Está padrísimo, pero TIENES que poner fotos!!
hola carito........
soy la hermana chica de la barbara ...
estas super linda........
que buenosaber que estas super bien.....
besos cuidate.........
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